viernes, 25 de agosto de 2017

COLIMACION

La colimación se emplea para modificar la forma y tamaño del haz de radiación y ajustarlo a la geometría necesaria para el estudio de una región anatómica específica de un paciente, mejorando la calidad de las imágenes y reduciendo las dosis.
En radiología convencional suelen emplearse colimadores que permitan configurar geometrías rectangulares o cuadradas. Están formados habitualmente por conjuntos de láminas de un material radiopaco que actúan como obturadores para permitir o no el paso del haz de radiación. Estos se desplazan en 2 planos perpendiculares y son controlados de forma manual o automática accionando botones. Los tamaños de campo que en la práctica se emplean varían desde 8-10 cm (por ejemplo, en estudios de extremidades) hasta campos de 35x43 cm en algunos estudios de tórax o abdomen) para las distancias habituales de la práctica clínica.
Los colimadores tienen un sistema de luz que permite ubicar más fácilmente al paciente en el campo donde incidirá el haz de radiación. Este funciona mediante un sistema de espejo y bombilla incandescente que se accionan mediante un interruptor de encendido, el cual requiere estar provisto además de un temporizador para el apagado. En la práctica ocurre que las bombillas de los sistemas de colimación se funden y no existe un acceso fácil a los repuestos, por lo que este aspecto debe ser tenido en cuenta, ya que el recambio de la bombilla es muchas veces un procedimiento sencillo que puede incluso ser efectuado por el técnico operador, con la orientación adecuada.
Los sistemas de botones de apertura y cierre de los obturadores del colimador deben contar con escalas que indiquen las dimensiones del campo para una distancia determinada. Se debe disponer al menos de una escala para la distancia de 40´´ que es la más usada clínicamente y otra escala para las distancias empleadas en el bucky vertical (usualmente 72 ´´).
Tanto los botones de control de los obturadores del colimador, como el interruptor de la bombilla, deben estar accesibles y ser de fácil manipulación para los operadores. Muchos modelos de equipos incluyen filtros adicionales que pueden insertarse en el sistema de colimación para mejorar la calidad de las imágenes y reducir las dosis en algunos tipos de pacientes, por ejemplo, pacientes muy obesos. Suelen proveerse filtros de aluminio con espesores entre 0.5-1.5 mm Al y en ocasiones también pueden encontrarse filtros de cobre (Cu). El empleo de estos filtros requiere contar con un técnico debidamente formado para lograr que se usen adecuadamente.



FLEITAS ESTEVEZ I.GUIA DE GESTION E INCORPORACION DE TECNOLOGIA, RADIOLOGIA DE PROPOSITOS GENERALES. EDITORIAL CIENCIAS MEDICAS. 2009. PAG 37-38.

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